Transparencia en la Industria de la Bicicleta: La Verdad Sobre los Cuadros ‘Open Mold’

Creo que todos estamos de acuerdo en que el mercado de la bicicleta se encuentra en un momento de saturación. En mi opinión la transparencia con los clientes no es una opción, pero parece que para algunas nuevas marcas que se quieren hacer un hueco en el mercado si lo es.

Casi sin querer veo una tendencia preocupante entre algunas marcas emergentes: la falta de honestidad sobre el uso de cuadros «open mold». Soy emprendedor, pero también cliente apasionado por el ciclismo y defensor de algunas causas perdidas, por eso quiero arrojar luz sobre este tema y discutir por qué la honestidad importa.

¿Qué son los Cuadros ‘Open Mold’?

Los cuadros «open mold» son diseños genéricos que cualquier marca puede comprar y reetiquetar como propios. Aunque no hay nada intrínsecamente malo en usar estos cuadros, el problema surge cuando las marcas no son claras sobre su origen. No hace tantos años, que pequeñas marcas empezaban de esta forma y no lo escondían, no lo anunciaban a bombo y platillo, pero tampoco era algo que ocultar. Sin ir más lejos y si no estoy equivocado Mondraker empezó así.

En una industria donde la confianza es fundamental, ser transparente sobre el origen y diseño de los productos es esencial yo creo. Los clientes merecen saber lo que están comprando, y las marcas deberían estar orgullosas de su proceso de selección y personalización de productos.

Cuando las marcas no son honestas sobre el uso de cuadros «open mold», se arriesgan a perder la confianza de sus clientes. Es relativamente fácil investigar durante unas horas y encontrar fabricantes de marca blanca de Portugal, China o de Taiwán que te muestran con que marcas trabajan como argumento de venta de sus productos, otras veces te dejan ver un catálogo en el que fácilmente identificas pintados y montados como bicicletas de nuevas marcas.

Esta falta de transparencia más pronto que tarde crea el rechazo en los clientes que algunas marcas pretenden evitar mostrando fotos falsas del proceso de diseño o de los test “ISO” lo que puede llevar a una percepción negativa de la marca y posiblemente a una disminución en la lealtad del cliente.

Usar cuadros «open mold» no implica baja calidad. Muchas marcas seleccionan cuidadosamente estos cuadros por su rendimiento y los personalizan de manera única. Ser claro sobre este proceso puede ser un punto de venta atractivo.

La honestidad y la autenticidad son fundamentales para construir una marca sólida y duradera. Las marcas que son transparentes sobre sus productos fomentan relaciones más fuertes con sus clientes.

En mi experiencia en la industria de la bicicleta, he aprendido que la honestidad no es solo la mejor política, sino también la base para el éxito a largo plazo. Invito a las marcas emergentes a abrazar la transparencia, no solo como una práctica empresarial ética, sino como una estrategia para ganar y mantener la confianza y la lealtad de los clientes.

¿Has experimentado la falta de transparencia en la industria de la bicicleta? ¿Cómo crees que las marcas deberían abordar el uso de cuadros «open mold»? Comparte tus pensamientos en los comentarios o únete a la conversación enviándome un mensaje directo.